miércoles, 28 de octubre de 2009

Mi pequeño deseo

Otra vez tengo insonmio. Otra vez me encuentro dando vueltas en la cama pensando en mi deseo, en mi anhelo.

Hace mas de 8 años que pienso en el, en sentirlo dentro de mi moverse, respirar, nadar, sentir su peso y compartirlo todo con el. Me hace falta, me duele el alma, me cala el cuerpo, la edad, los años que pasan y no se detienen, me lastima el tiempo y me lastima el pasado, ese estupido pasado que definia un presente y prometia un futuro que no fue, me hiere que tuve en mis brazos algo parecido y lo tuve que dejar ir por que no era mio, era de otra, no salio de mi y por eso no pude quedarme a su lado, me tortura pensar que ya lo tenia, lo sentia vivo, lo sentia crecer y simplemente salio en medio de sangre y de dolor, sin un motivo, sin razon, sin aviso, un dia me levante y ya no estaba, lo perdi. Mi pasado, mi "hubiera", ahora lo extraño.



Y tengo miedo, tengo pavor de que la historia se repita, de que yo no pueda mantenerlo a mi lado, de que por ningun motivo lo pierda, que mi cuerpo no responda como tiene que responder, que el amor no me baste y que lo alejen de mi lado, que no llegue a crecer, a verme, a sentirme.

Terminamos la pelicula y apagamos la luz. Di vueltas en la cobija, no podia cerrar los ojos por que me venia la imagen a la mente de aquel sueño tan vivido, donde encontraba mi deseo. Me levante, desesperada por encontrar un consuelo o, por lo menos, un alivio, prendi la computadora y empece a escribir. Quiza no sirva de nada, pero si los dioses leen esto sabran que hace mucho lo pido, que ruego, que aquella vez yo no estaba preparada pero si lista, que no iba a dejar las cosas mal hechas, que iba a quedarme con el para cuidarlo, amarlo, confortarlo, curarlo. Ahora estoy lista y preparada, ahora quiero todo y simplemente no llega, no parece haber un buen momento, ahora tendra lo que antes le hubiera faltado, ahora puedo darle todo. Ahora tengo carrera y estudios, y mi amante tiene casa, comida, abrigo y ganas... Muchas ganas, tantas como yo, de tenerlo a nuestro lado.

Te rogamos, Diosa, que dejes venir nuestro futuro.

Te rogamos, Diosa, que llegue a nuestras vidas nuestro hijo.